Redacción. Valencia
Rafael García Fuster, cirujano del Instituto Cardiovascular del Hospital General de Valencia, ha presentado una nueva técnica quirúrgica propia para la reconstrucción de la válvula mitral en el Congreso Internacional de la Asociación Americana de Cirugía Torácica, celebrado recientemente en New York. El estudio que confirma la validez de esta nueva técnica ha sido publicado recientemente en la revista americana 'The Annals of Thoracic Surgery'.
Rafael García Fuster.
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La novedosa técnica consiste en una reconstrucción, parcial o total, de la válvula mitral del corazón implantando cuerdas o suturas de PTFE (politetrafluoroetileno), un material muy utilizado en cirugía cardiovascular y bien tolerado por el paciente. Estas cuerdas se implantan donde se han roto las cuerdas de la propia válvula del paciente. La válvula se pliega sobre sí misma para medir la longitud adecuada de las cuerdas y poder implantar un gran número de estas cuerdas con seguridad y eficacia. Posteriormente la válvula se despliega y todas las cuerdas reconstruidas entran en funcionamiento, lo que permite recuperar el mecanismo de cierre normal de la válvula. Esta técnica se ha aplicado en pacientes donde la reconstrucción mitral es especialmente compleja y que frecuentemente acaban en sustitución de la válvula.
En España, el último registro de la Sociedad Española de Cirugía Torácica Cardiovascular recoge que de 3200 intervenciones de corazón donde está implicada la válvula mitral, 1418 son de reparación valvular.
En los estudios poblacionales más extensos de ámbito internacional publicados, la insuficiencia de la válvula mitral es la segunda patología valvular más común, después de la estenosis aórtica. Los casos de insuficiencia mitral de severidad mayor o igual a moderada representan el 2-3 por ciento de la población general. En Estados Unidos y Europa la patología degenerativa mixomatosa es la causa más frecuente de insuficiencia valvular mitral que precisa de cirugía.
El Servicio de Cirugía Cardiaca, que forma parte del Instituto Cardiovascular del Hospital General es, desde 2010, centro de referencia nacional para la cirugía reparadora mitral compleja y está acreditado por el Ministerio de Sanidad, lo que le permite recibir pacientes de toda España y utiliza distintas técnicas, todas ellas de gran eficacia, para reparar la válvula mitral. La nueva técnica se incorpora al caudal tecnológico de los profesionales del instituto.
Unidad de cirugía reparadora compleja de válvula mitral
El Instituto Cardiovascular está acreditado como centro de referencia nacional para la cirugía reparadora compleja de válvula mitral (la válvula de entrada de la sangre al lado izquierdo del corazón).
La Unidad de Cirugía Reparadora cuenta con prestigiosos cirujanos, cardiólogos ecocardiografistas, anestesistas, así como perfusionistas y personal de Enfermería que durante más de 15 años lleva realizando su labor en este campo.
Juan Martínez León, director del Instituto Cardiovascular, señala que “la cirugía de la reparación mitral es el procedimiento recomendado para el tratamiento de la insuficiencia mitral severa, por encima del recambio valvular con prótesis debido a que tiene una menor tasa de mortalidad operatoria y de infarto cerebral, así como una mejor supervivencia a largo plazo”.
El Hospital General ha resuelto más de 500 casos a lo largo de estos años. Además, en los dos últimos años ofrece al paciente esta reparación mediante cirugía mínimamente invasiva a través de incisiones de menos de seis centímetros. De este modo, los pacientes del General que tienen que ser operados de la válvula mitral se están beneficiando de una intervención menos agresiva.
Beneficios de la reconstrucción de válvula mitral
Las enfermedades que afectan a la válvula mitral son relativamente frecuentes y en muchas ocasiones obligan a una intervención quirúrgica cardíaca. Muchas de estas intervenciones acaban en la sustitución de la válvula mitral del paciente con una válvula artificial lo que obliga, en muchos casos, a realizar revisiones periódicas y a tomar una medicación anticoagulante que debe ser muy bien seguida y controlada.
La válvula artificial no es tan perfecta como la propia válvula de la persona y el corazón tiene que adaptarse a un dispositivo que reconoce como extraño y que puede acarrear alguna complicación en algunas personas como la formación de coágulos y embolias, deterioro o infección de la válvula artificial o deterioro de la bomba cardíaca, entre otros.
Para superar este tipo de dificultades se han desarrollado numerosas técnicas de cirugía que permiten, en algunos pacientes, reparar o reconstruir la propia válvula dañada, que vuelve a funcionar correctamente. Mantener la propia válvula es lo ideal para evitar todos los problemas relacionados con las válvulas artificiales. La nueva técnica contribuye a ello y ha demostrado su eficacia y seguridad.
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